Lionel "Nelo" Newell |
Nelo, el tercero desde la izquierda, en el
Combinado Rosarino. Foto: nobhomenaje.blogspot.com.ar
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Nelo
-junto a su padre, su hermano y otros ex alumnos del Colegio- fue protagonista
de la historia iniciática de Newell’s Old Boys. Pero el capítulo final de su biografía
se había perdido en el tiempo…
¿Cómo
reconstruir esa historia? ¿Cómo ubicar al menos el destino de uno de los dos
Newell que llegó a vestir la gloriosa rojinegra en partidos oficiales?
Tras
una intensa investigación, obtuvimos un dato: la iglesia de St. Cuthbert, en
Wells (condado de Somerset, cerca de Bristol), figuraba como la morada final de
Nelo. Evidentemente, no había sido Strood el destino elegido, como podríamos
pensar de antemano. La familia Newell en Inglaterra había tomado distintos
rumbos y un hermano de Isaac residía hacía tiempo en Bristol, donde trabajaba
en la aduana. Cerca de allí, en el mencionado poblado de Wells, se instaló Nelo.
Hacia allí fuimos, para intentar rescatar del olvido a este Newell campeón.
La
búsqueda no fue sencilla. Como si se tratara de un libro de la serie juvenil Elige tu propia aventura, los primeros datos
nos condujeron a un fiasco: en St. Cuthbert, no quedaban rastros de cementerio
alguno. La imponente catedral de Wells se presentaba como una posible
alternativa y nos dirigimos hacia allá con más esperanzas que certezas. Era
bastante temprano aún, por lo que el sitio (punto turístico por excelencia del
poblado) estaba desierto. Las puertas de apertura automática, sin embargo,
invitaban a pasar. Nos adentramos en la catedral vacía, hasta lograr ingresar a
un patio interno en el que relucían un conjunto de tumbas bien conservadas.
Revisamos una por una, pero ninguna era la que buscábamos. Casi al salir, nos
intercepta una adorable señora de cachetes rosados y voz chillona, que lejos de
mostrar hostilidad ante nuestra intrusa presencia, se entusiasmó con la
historia. Nos condujo a una oficina donde el párroco nos recibió con
amabilidad, pero sin datos que pudieran orientar nuestra búsqueda.
Vagando
por las estrechas calles de Wells, optamos por desayunar en un pequeño bar
familiar. Té con torta, fue la elección obligada y a la vez la excusa del mozo
para iniciar una conversación. Al explicarle el motivo de nuestra presencia,
ofreció un dato que hizo renacer las esperanzas: el cementerio de Portway, distante
a unos 15 minutos. “Allí hay tumbas muy antiguas”, aseguró.
Al
llegar al lugar vimos que era bastante grande: cuatro sectores de tumbas,
lápidas y cruces, las cuales fuimos revisando una por una. No hubo caso.
Ninguna pertenecía a Nelo. Mientras buscábamos, vimos ingresar un auto que se
estacionó frente a lo que parecía ser una oficina administrativa. Era tal vez
nuestro último recurso. Golpeamos la puerta y Mark, un hombre de unos cincuenta
años, con un cordial gesto nos recibió. Una mezcla de sorpresa y entusiasmo le
iluminó el rostro cuando le explicamos el porqué de nuestra visita. Enseguida
abrió un antiguo archivo del cual extrajo un tomo. Ubicamos la fecha, 9 de
noviembre de 1908. Su dedo índice bajó renglón por renglón hasta dar con el
nombre de Lionel Newell. Pero ningún otro dato complementaba el registro. “Si figura
en el archivo, tiene que estar acá”, aseguró Mark. Un nuevo libro nos condujo
al código esperado: 6B13, la parcela ubicada en un sector del cementerio
reservado para personas de escasos recursos. El plano del predio nos indicó el
lugar exacto donde debería estar la tumba, y hacia allá fuimos. Casi escondida
detrás de un enorme arbusto, ya sobre el límite del lugar, asomaba la última
cruz que había pasado desapercibida en nuestra búsqueda inicial. Deteriorada por el
paso del tiempo, pero con un perenne destello de gloria, la cruz nos trajo el
recuerdo de aquel pionero, rescatado hoy del olvido e incorporado a la memoria
histórica de la institución.
[1]
Los partidos registrados incluyen duelos ante el Central-Argentine Railway A.
C., en los que los alumnos de Isaac comenzaban ya a mostrar supremacía. En
1904, Nelo participó como invitado en el equipo de Rosario Athletic (Plaza
Jewell), que se consagró campeón de la Copa Competencia ante el CURCC (actual
Peñarol).
[2] Entre
ellos, la goleada por 6 a 0 en el clásico y la final ante Argentino (actual
Gimnasia y Esgrima).